La organización: la clave de la eficiencia
Emprendedores
Como es sabido, el hecho de emprender y ser autónomo tiene sus ventajas e inconvenientes, dentro de los cuales, hay ciertos aspectos que podemos controlar y otros que no. Te sorprendería saber la cantidad de tiempo que puedes llegar a conseguir, simplemente optimizándolo y llevando una buena organización de tareas.
Creo que todos tenemos cerca una persona que parece que su reloj tiene más horas que el nuestro. Obviamente esto es imposible. Simplemente, sabe sacarle más provecho a las horas al cabo del día.
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Eres jefe = debes optimizar tu organización de tareas
Ante todo, lo que debes tener claro es que eres tu propio jefe y tienes que actuar como tal. En muchas ocasiones somos más exigentes nosotros mismos que el peor de los jefes que uno puede tener. Un estado de cansancio y agotamiento se percibe por las personas que están a tu alrededor, y si tienes trato directo con tus clientes, estos lo notan.
La forma en que, como consumidor, nos atienden cuando realizamos una compra de un bien o un servicio es fundamental. Al final, esa sensación va inherente a aquello que estás comprando y te puedo asegurar que de ello también puede depender el que tus clientes repitan, por muy bueno que sea lo que ofreces.
Por ello, debes hacer lo necesario para conseguir una actitud calmada, aprovechando esa ventaja de ser tu propio jefe. Así, si necesitas tomarte unas horas para despejarte, tómatelas.
Organización: planificación y más planificación
Es la clave fundamental necesaria para la gestión de cualquier negocio, desde el más simple al más complejo, pequeños y grandes. Hay que tener una visión de negocio general y plasmarla sobre el papel. Lo ideal es seguir unas pautas para alcanzar unos objetivos a largo plazo, los cuales deben estar identificados y cuantificados. Para ello, necesitarás establecer objetivos y metas a más corto plazo.
Hay que ser realista y por más que ansíes empezar con una idea nueva, si no es el momento de iniciarla aún, debes esperar. De lo contrario, corres el riesgo de tener mil tareas empezadas, pero que finalmente consigues terminar muy pocas.
Lo ideal es establecer objetivos a unos 6 meses vista y así darte tiempo para ir actualizándolos, ya que el entorno siempre es cambiante y tus objetivos también. Hay que ponerles nombre, así como establecer estrategias para alcanzarlos, las cuales deben estar también definidas y cuantificadas.
Tu AGENDA, tu mejor secretaria
Anotar toda y cada una de las cosas que vas a hacer en un día, aunque parezca una tontería, ayuda mucho a optimizar tu tiempo, y por qué no, en que no se te olviden las cosas.
Citas con clientes, un almuerzo con un compañero o amigo, la cita del médico, …. TODO. En cuanto te acostumbres a ello, no podrás vivir sin hacerlo, ya que verás como tiene sus ventajas.
Define los días por tipos de tareas
Cada uno se organiza a su manera, eso es cierto, pero que en el mismo día realices tareas similares, ayuda a tu rendimiento. Así, puedes asignar un día para tareas fuera de la oficina, citas con clientes, visitar un proveedor, etc.
Otro, o un par de ellos, para tareas que requieran de mayor concentración y otro, para temas varios, que no pertenecen ni a un bloque ni a otro. Verás como le sacas mayor partido a las horas.
Delega, delega, delega
Por último y tarea pendiente para muchos, DELEGA. Si puedes disponer de ayuda, úsala, o incluso plantéate el contratar a un empleado.
Es tu negocio y es tu tesoro, pero piensa que invirtiendo tiempo en otra persona, al final, lo conseguirás para ti y lo podrás emplear en aquello que más necesites, tiempo para ti y tu familia, conseguir más clientes, tareas pendientes, nuevos proyectos, etc.
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