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Hábitos de éxito para emprender

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Hábitos de éxito

¿Quieres saber cuáles son los hábitos de éxito que hacen que un negocio prospere? Sigue leyendo…

Todos tenemos ideas. Algunas son mejores, otras peores. Lo que es común en todas es que tienen fecha de caducidad. 

Son como la comida que debes aprovechar mientras esté fresca. Las ideas duran el tiempo que estés inspirado para desarrollarlas. Por eso es tan importante mantenerte motivado si vas a empezar un negocio.

No basta con motivarte solo al empezar a desarrollar tu idea de negocio. Debes establecer unos hábitos diarios para seguir inspirado, para mantener la magia del momento. En este artículo te doy mis ideas personales llevadas a la práctica que espero te sirvan.

1. Escribe tus objetivos a un mes, un año, tres y cinco años

Hace un año, por casualidad, me puse a leer un libro que al principio creí que es el típico engaño. Pero si te fijas en las recomendaciones y te haces el plan que describe la autora, te haces una muy buena idea de cuáles son tus verdaderos objetivos.

La escritora se llama Laura Posey y el libro es “How To Plan Your Entire Year On One Sheet Of Paper” (Cómo organizar tu año entero en una hoja de papel). ¡Muy recomendable!

Me hice el plan del que ella habla en el libro. Es un método muy sencillo y, sin embargo, te da una visión tanto a nivel empresarial como a nivel personal de lo que quieres conseguir en tu vida.

Es muy importante elegir el camino que quieres seguir y saber en detalle cuántas piedras tendrá, qué tipo de suelo, qué recorrido, etc. Si solo piensas: “Mi objetivo es ganar dinero.”, siento decirte que con esto no llegarás muy lejos. Debes ser más específico y Laura te explica en qué debes fijarte.

2. Establece tu rutina basada en hábitos de éxito

No te digo que la sigas a cualquier precio, simplemente haz un plan del día. De esta forma si en un momento del día empiezas a divagar y no sabes qué tocaba ahora, mira tu plan. Siempre es mejor tener una guía-rutina, aunque no la cumplas.

Mi forma de organizarme es usando el calendario de Google. Apunto todo lo que tengo que hacer en un color establecido y después lo cambio a verde albahaca cuando está hecho. Voy pasando las tareas que no he hecho para otros días.

Puede parecer que en algunos días no he hecho nada. Y eso me hacía sentir mal por no conseguir mis objetivos. Por eso decidí empezar una agenda en papel. En ella apunto todo lo que consigo hacer durante el día. Y sí, ¡poner la lavadora cuenta! 

De este modo, veo cómo completo las tareas pequeñas que en algún momento me llevan a poner en verde esta tarea grande de mi calendario. Lo que me lleva al punto siguiente…

3. Divide todo en “pasos”

Divido cada tarea en pasos. Uso los tableros de Trello donde anoto cada tarea grande en pequeños pasos con el Checklist. Cada paso se puede realizar en media hora más o menos. Así cada día voy haciendo media hora de diferentes tareas y voy avanzando poco a poco en cada una. ¡No más de 3 tareas grandes al día!

Por ejemplo, pongo como tarea Escribir un artículo. Mi Checklist es: escribir esquema de artículo (los puntos clave), investigación estudios, escribir Introducción, escribir punto 1-2, escribir punto 3 y final, elegir una imagen y un título, elegir las palabras por las que alguien buscaría este artículo. 

Puede que en algunos pasos no tarde media hora, pues mucho mejor. ¡Me da tiempo de dar otro pasito más!

4. Establece tus prioridades

Es fácil decir que lo primero debe ser la salud. Y tú me dirías: “Cuando tienes facturas que pagar, ¿a quién le va a importar tu salud?” 

¡Siempre te tiene que importar a ti! La vida es lo único que tenemos y junto con ella la salud. ¡Si tú no te cuidas, nadie lo puede hacer por ti!

Te pongo como ejemplo el que me dieron en el curso de premamá. Si vas en un avión y hay una emergencia, ¿a quién le pones la mascarilla primero: a tu hijo o a ti misma? 

Seguro que ya has oído este ejemplo, pero si no es así, la respuesta es a ti. Porque si tú te desmayas por falta de oxígeno, no habrá nadie quien asista a tu hijo. En tu negocio y siendo autónomo es lo mismo. Así que, ¡ponte la mascarilla y cuídate!

5. Ponte freno

Podrías trabajar desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, comiendo delante del ordenador. ¡Yo lo he hecho! ¡Y los fines de semana también! 

Llegué a no saber qué día es y a no disfrutar de la comida. Había veces que no sabía si he comido y me iba a mirar en la basura si había tirado el envoltorio de lo que me había comprado (comida rápida calentada en microondas). 

Y sí, todos somos capaces de trabajar 14 horas al día, ¿pero merece la pena? ¡NO! 

Después de unos meses a este ritmo, me “tuve que ir” de vacaciones con mi familia y me di cuenta de lo que me estaba perdiendo. Además, leí algunos libros y apliqué los puntos anteriores. Me di cuenta de lo poco productiva que he sido trabajando durante tantas horas seguidas. 

6. Administra tu dinero

Como dije antes, primero debes establecer tus prioridades. Así que si ves tus cuentas y sabes que andas escaso de dinero, no hace falta comprar este móvil de última generación con el que hablarás con tus clientes. Cómprate uno práctico y barato que te resuelva la vida.

Conozco mucha gente que está hasta arriba de deudas y, sin embargo, se les va el dinero en coches lujosos que no se pueden permitir. Empiezan a pagar a plazos y cuando ya no pueden más, el banco se queda con el coche y todo el dinero invertido ha desaparecido.

Si de verdad quieres desarrollar tu idea de negocio y llegar lejos, ¡aprende a ahorrar! 

7. Lee como si tu vida dependiera de ello

¡Y no solo sobre lo que escriben tus amigos en Facebook! Un emprendedor debe saber de todo. Ten en cuenta que eres como un niño de 2 años que necesita aprender todo desde cero, ¡pero además sabes leer! 

Te recomiendo que leas libros sobre negocios, casos de éxito de otros empresarios, artículos sobre contabilidad, fiscalidad para empresarios, inversión, etc. Debes conocer de todo un poco, no digo “saber” conscientemente. 

Con que sepas lo que pasa por el mundo y cómo funciona el entorno en el que te mueves, lo que hacen otros como tú en otros países, todo esto te ayudará a motivarte día a día.

8. Sigue tu propio estilo de motivación

Lo que quiero decir que a unos les funciona leer frases motivadoras, mientras a otros les parecen pérdida de tiempo y esfuerzo. A unos les motiva escribir listas con palabras que les motiven, a otros hablar con personas que motivan. 

Cada uno tenemos nuestros gustos. Incluso, dependiendo del momento, nos puede llegar a inspirar lo que en otras situaciones rechazaríamos. ¡Sigue tu propio ritmo! ¡No te dejes guiar por lo que te dicen los “gurús” si no es tu forma de pensar!

9. Duerme

Es obvio que uno debe dormir. Pero “¿cómo me va a motivar el dormir?” La respuesta tiene que ver con nuestro cerebro. Habrás oído que los niños deben dormir porque es en este tiempo cuando asimilan lo ocurrido mientras están despiertos.

Lo mismo ocurre con nosotros, los adultos. Para desarrollar nuestros proyectos, nuestra creatividad, hablar con clientes y convencerles de las propiedades de nuestros productos/ servicios, necesitamos tener nuestra mente “desocupada”. Si no descansas suficiente, tu mente está aún sin procesar los últimos acontecimientos y no es capaz de concentrarse en lo que le pides.

Hay personas que necesitan 6 horas de sueño y otros necesitan 9. ¡Deja las estadísticas a los estadistas! Intenta descubrir lo que a ti te viene bien. Quizás eres de los que se acuesta a las 2 de la madrugada y se levanta a las 8. Si a ti te funciona y te encuentras centrado y descansado, ¡adelante!

10. Escribe lo que se te pasa por la mente

He leído de personas que tienen bloc de notas hasta en el baño para anotar si se les ocurre alguna idea genial mientras ya sabes… Otros usan soluciones tecnológicas y aplicaciones como Keep de Google, por ejemplo.

Anótalo todo donde mejor te viene a ti y echa un vistazo rápido a tus anotaciones de vez en cuando. Nunca se sabe cuándo se convertirían en algo con lógica y sentido común.

11. Vive un poco

Como ya comenté antes, no merece la pena trabajar 14 horas al día las 7 días a la semana. Ni es sano ni sirve demasiado si no te das un capricho de vez en cuando.

Este capricho puede ser irte un fin de semana a un camping y desconectar el móvil, disfrutar de la naturaleza y recargar las pilas. Puede ser tomarte tu café por la mañana escuchando sonidos de pájaros en tu ordenador mientras cierras los ojos y te trasladas al lugar que hace tiempo visitaste en Irlanda. ¡Todo vale!

 

Ten presente que tu objetivo debe ser disfrutar del camino, no simplemente llegar. Cuando llegues al final, la propia experiencia debería haber dejado una huella en ti. Esta huella es la semilla, la idea de tu próximo proyecto, del nuevo camino del que vas a disfrutar.


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