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El contrato mercantil, trabajar como autónomo y estar contratado

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¿Alguna vez has oído hablar sobre el «contrato mercantil»? ¿No mucho? Suena muy técnico, ¿verdad? Es como ese pacto laboral que se da entre empresas y trabajadores, pero con un giro interesante. Resulta que la persona contratada trabaja por su cuenta, no como un típico empleado.
Pero, claro, hay que tener claras las obligaciones, el pago, la duración del trabajo, esas cosas. ¡Vamos a ver los detalles en este artículo!

En qué consiste el contrato mercantil

Este es un tipo de contrato que se establece entre la empresa y un trabajador, con la peculiaridad de que el contratado debe trabajar por cuenta propia y no por cuenta ajena, lo que hace que sus características se desvíen mucho de las de un contrato laboral o de las de un trabajador autónomo no supeditado a una empresa.

En un contrato mercantil, el trabajador posee más independencia, mientras que en el contrato laboral hay una total dependencia entre empresario y trabajador. Por supuesto, las condiciones cambiarán dependiendo de la actividad que se realice. Deberías tratar con claridad, sobre todo, los siguientes puntos:

  1. Obligaciones que cada una de las partes se comprometen a asumir y las consecuencias de su incumplimiento.
  2. El pago por el servicio que prestará el trabajador, especificando aquello que incluye y aquello que no (impuestos, plazos, etc.).
  3. La duración de la jornada. Si es necesario o no que el trabajo se realice dentro de una franja horaria determinada. 

Tipos de contrato mercantil

Dentro de los contratos mercantiles, hay varios tipos: de cambio, de seguro, de préstamo, de garantía, etc. Estos contratos han sido muy frecuentes en los trabajos relacionados con las ventas, aunque desde hace unos años viene extendiéndose a otros tipos de trabajo. Por ejemplo, el de un fotógrafo que realiza un tipo de fotografía especial para una empresa.

La diferencia más sobresaliente entre el trabajador autónomo y el trabajador autónomo con contrato mercantil es que el autónomo independiente no debe responder a ninguna empresa en ventas o gastos. El trabajador que firma un contrato mercantil presta sus servicios a una empresa, es decir, no es completamente independiente, con el beneficio de que, a cambio, obtiene una comisión.

Deberes y derechos en un contrato mercantil

En cuanto a los deberes, parece que el autónomo independiente posee menos que el que está ligado a la empresa mediante este contrato, ya que ambos están obligados a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, deben llevar su contabilidad al día y presentar impuestos, pero el contratado deberá además, informar a la empresa de su progreso, su horario, su beneficio, etc.

Parece que el trabajador tiene menos derechos y protección en el contrato mercantil, que en un contrato laboral. Lo que sí es cierto es que, en ocasiones, el tipo de actividad impone la realización de un contrato mercantil debido a la necesidad de una mayor independencia en la organización de su trabajo. Puede ser el ejemplo de un trabajador que realiza constantemente gestiones fuera de la oficina.

Beneficios para el contratado y contratante

El contrato mercantil es muy ventajoso para las empresas, ya que se benefician de los servicios de especialistas en un sector y por un coste menor. No tienen que pagar IPRF, Seguridad Social y no responden ante bajas por enfermedad, indemnizaciones por fin de contrato, obligación de prestar días de vacaciones, etc.

Para el contratado la ventaja está en que puede trabajar en varias empresas y por ejemplo, compartir su cartera de clientes entre ellas, si es que las actividades son similares o se pueden complementar; tiene flexibilidad de horarios, obtendrá más ingresos debido a las comisiones que le proporcionará la empresa. Además, el nivel de riesgo puede ser menor si comienza como autónomo contratado mediante contrato mercantil que como autónomo a secas, ya que si sale mal, no tendrá que responder a muchos gastos o trámites.

En cuanto a desventajas, todo aquello que para la empresa contratante es ventajoso para el autónomo no lo será, es decir, la pérdida de retribución por vacaciones, por permisos, las bajas por enfermedad, etc.

Primero pensar, después actuar

Puede ser muy goloso un trabajo en el que te pagan teniendo una autonomía especial, tú mismo te organizas y sales a la calle con tus propios objetivos, pero… antes de firmar debes tener en cuenta algunos aspectos.

Calcula los gastos

Si vas a aceptar un contrato mercantil, piensa primero en los gastos que derivarían de él y el proceso que deberás llevar a cabo antes de comenzar a trabajar. Deberás darte de alta en Hacienda y en Seguridad Social. Es decir, pagar tu cuota de autónomo y tus impuestos.

Mira bien el salario que vas a percibir y réstale la cuota de autónomo que deberías pagar si te dieras de alta, así verás el salario real que obtendrías y si te compensa o no.

Busca información

Sabes que en nuestro blog y en nuestros talleres y guías puedes encontrar todo tipo de información sobre el autónomo, desde cómo darse de alta hasta qué es el recargo de equivalencia o cómo llevar la contabilidad al día. Lee sobre todo esto e infórmate antes de entrar en el mundo del autónomo.

El falso autónomo

Que una empresa ofrezca un contrato mercantil no quiere decir que todos sus trabajadores tengan el mismo contrato, de hecho, una vez estudiado el contrato que te proponen, si no te convence, deberías plantearte si estás ante un falso autónomo.

Llamamos falso autónomo a la relación de trabajo en la que te proponen un contrato mercantil, pero en realidad, tus horarios están limitados, no puedes trabajar para clientes de otras empresas o estás continuamente sometido a la orden de un jefe, es decir, que las condiciones de trabajo son las mismas que la de un compañero con contrato laboral, pero bajo la falsa mención de trabajador autónomo.


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Gabriela
Gabriela

Gestión web.
Responsable de relación con el cliente.

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